Koenma's Laboratory




Ahora

19 de septiembre de 2007

Se levantaba cada mañana en un nuevo día. La suave brisa del tiempo arrancaba la hoja del día anterior del calendario. Era el momento de abandonar la cama.

Se aseó, desayunó y se dispuso a tomar su monótona ruta al trabajo. Tras la espera al tranvía, Tom se cruzó de brazos y observaba la actividad diurna de las personas que pasaban por la avenida. Pensaba en si la gente no se cansaría de lo mismo día tras día. Pensaba sobre lo que podría ser de su futuro o sobre lo que pudo ser de su pasado. Era un continuo viaje en el tiempo mentalmente sin estar en el presente. Quería un cambio en su vida, pero tenía miedo al cambio.

Al otro extremo de la parada del tranvía, había un chaval que lo miraba misteriosamente.

Chica (chocando contra Tom): Vaya... perdona.
Tom: No pasa nada.

Se aproximaba el tranvía. Tom tenía la costumbre de calcular donde podría colocarse para coincidir delante de unas de las puertas de los vagones del tranvía. Como siempre, había acertado una vez más. Se dispuso a entrar cuando de reojo, había visto al misterioso chaval que entraba por un extremo del tranvía.

Tom tenía el despiste de mirar cuanto saldo le quedaba en su bono del tranvía. Por lo tanto, tickeaba en la máquina rápidamente y se disponía a vigilar uno de los asientos delanteros, pegados a la ventana, que tanto le gustaban. Al acechar uno libre, no dudó en ir hasta él antes de que el tranvía se aproximara a su siguiente parada.

Tom (sentándose): Genial...

Al cabo de un rato, se acordó del misterioso chaval y miró hacia detrás. Le había llamado la atención.

De pronto, pudo ver al chico como se aproximaba a él para sentarse a su lado. Tom sintió un ligero escalofrío al acercarse aquel raro chaval de pelo largo a su lado.

Tom miraba de reojo al chico. Al parecer estaba trasteando con el móvil. Tras unos minutos, Tom escuchó una voz proveniente de su lado derecho.

Chico : Perdona, ¿sabes donde queda la facultad de Física?
Tom (cortado): Emmm, sí, claro... ahí me dirijo yo. Bájate en mi parada y me sigues.
Chico (sonriendo): Gracias.

Tom esperaba más conversación del chaval después de decirle eso, sin embargo, se mantuvo callado. Al llegar a la parada destino, ambos se bajaron y el chaval comenzó a seguirle con las manos en los bolsillos y cabizbajo. Su pelo le tapaba parcialmente uno de sus ojos. Tom comenzaba a sentirse un poco incómodo. Al llegar a la facultad de Física, el chaval levantó la cabeza y miró a Tom.

Tom: Bueno, hemos llegado.
Chico (sonriendo): Gracias.
Tom (sonriendo): De nada.

La mirada del chaval hacia Tom le produjo una sensación de haberle conocido en otra ocasión. Sin embargo, Tom prosiguió a continuar su rutinario día a día.

A la tarde-noche, al llegar a casa, la madre de Tom le hacía la misma pregunta exactamente con el mismo tono.

Madre de Tom : ¿Qué tal hoy?
Tom (exhausto): Como siempre.

Dia siguiente. Otra vez la suave brisa del tiempo arranca otra hoja del calendario. Tom se acercaba a la parada del tranvía. Pudo ver a ese extraño chaval de pelo largo otra vez en el mismo extremo de la parada.

No obstante, justo en ese momento, Tom sintió un golpe en su espalda.

Chica (chocando contra Tom): Vaya... Perdona.

Tom se quedó extrañado. Era la misma chica que había chocado contra él justo el día anterior. En ese momento, el tranvía se aproximaba. Se subió en él, y antes de tickear, comprobó si le quedaba dinero.

Tom (pensando): ¿Pero cómo...? Si tiene que estar apunto de acabarse, no puede ser. Pero... si yo he tickeado...

Al cabo de unos minutos, pudo contemplar que los asientos donde estaba sentado él, estaban libres. Se dispuso a sentarse.

Tom (pensando): Tuvo que ser casualidad lo de la chica...

Tras estar un rato sentado, un chico de pelo largo se había sentado justo a su lado.

Era él. Tom comenzó a sentir escalofríos. ¿Qué demonios sucedía?

Chico: Perdona, ¿sabes donde queda la facultad de Física?

Tom quedó perplejo ante la MISMA pregunta que le había hecho el día anterior.

Tom (pálido): Emm... yo me dirijo allí... bájate conmigo y me sigues.
Chico (sonriendo): Gracias.

Al llegar a la parada destino. Ambos se bajaron y Tom comenzó a tratar de recordar lo que había sucedido el día anterior mientras caminaba. Personas, coches, todo... trató de ver si era la misma imagen y semejanza del día anterior, cuando de pronto, pudo escuchar la voz del misterioso chico.

Chico: Yo soy el cambio que llevas buscando.

Tom se dio la vuelta y miró asustado al chico.

Tom (asustado): ¿Qué?¿Qué es lo que estás diciendo?
Chico: Soy el cambio que has estado buscando.

Tom se sintió confuso. Sentía que conocía a ese chico, pero era imposible. En todo caso, lo conocería del día anterior. ¿Qué demonios estaba pasando?

Tom (temblando un poco): Creo que te has confundido de persona, ¿eh?

El chico se detuvo y una lágrima que huía aterrorizada de su único ojo visible, acabó suicidándose contra el paso de peatones del tranvía. Tom pudo escuchar gritos de una persona, alertando a alguien. Cuando de pronto, su cabeza dio un giro de 90º a la izquierda y pudo contemplar aquella película de corta duración llamada : "su vida".

Un tranvía había atropellado a Tom, provocando la caida de su cuerpo a varios metros de la parada.

Tom (suspirando): ¿Por qué?
Tom (...)

Un último suspiro exhalo esa última cuestión sobre lo que había sido..........

Tom (sudando): ¡Dios!

Había tenido una pesadilla. A medida que comenzaba a despertar el día, mientras realizaba sus actividades diurnas, Tom reflexionaba sobre esa terrible pesadilla que había tenido. Al acercarse a la parada del tranvía, se cruzó de brazos y contempló a las personas realizando sus mismas actividades de todos los días...

Sin embargo, algo había cambiado. Tom ya no pensaba en la monotonía que contemplaba día a día. Ahora se cuestionaba si realmente valía la pena vivir en un presente donde dejaba que la vida le diera sorpresas, a veces, agradables, a veces, tristes, afrontándolas, en vez de vivir pensando en lo que pudo ser en el pasado o lo que podría ser en un futuro y no existir.

Pensaba sobre su miedo al cambio. No obstante, ahora no temería dejando que la vida le trajese sorpresas y que surja lo que tuviese que surgir. Su lema, a partir de entonces, fue : "Si algo tiene que ocurrir, es por alguna razón."

Al aproximarse al tranvía, Tom miró de un lado para otro. Esperó el empujón de la chica que se había chocado contra él dos veces consecutivas. No estaba.

Tom (sonriendo): En fin...

Entró al tranvía, tickeó con su bono de estudiante y comprobó el saldo. Al verlo, sonrió de nuevo. Tras unos minutos, pudo ver uno de sus asientos favoritos, libres, junto a la ventana. Dudó en sentarse. Sin embargo, sabía que su pesadilla había pasado a la historia.

En una parada, pudo ver que alguien se sentaba a su lado. Tom no se lo podía creer. Era él de nuevo.

Chico: Perdona, ¿sabes donde queda la facultad de Física?

Tom respiró hondo y le respondió.

Tom: Sí, claro. Yo voy allí, bájate conmigo y me sigues.
Chico (sonriendo): gracias.

Tom: ...
Chico: ...

Tom (sonriendo): Por cierto, mi nombre es Tom.
Chico (sonriendo): Encantado. Mi nombre es Matt.

FIN

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Posteado por Koenma a las 19:47, |                  Ir al Inicio | Ir Arriba

2 Comentario(s):


  A las 21 de septiembre de 2007, 18:30 Anonymous Anónimo dijo:
Koenma...
La verdad es que me gustaría que escribieras una segunda parte de esta historia...
Me ha encantado.
Y he podido sentir incluso la emoción que el personaje sentía.
Genial.

Sigue así y llegarás muy lejos ;-)

Buena suerte.

Kami

P.D.:Espero que hayas cumplido y te hayas pasado por el conservatorio para "poner a prueba" tus cualidades... :-)
  A las 13 de octubre de 2007, 22:12 Anonymous Anónimo dijo:
Mhh... yo suelo coger el tranvía.

Diría que 'basado en hechos reales' xD

Saludotes.
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